Los Cervinos Ibéricos en Grandes Espacios - Nacho Montesdeoca Fotografía

Los Cervinos Ibéricos en Grandes Espacios

El mes de julio del presente 2015 se cumple el 150 aniversario de la conquista del Cervino, montaña altiva y desafiante que también es conocida como Matterhorn en Alemania o Mont Cervin en Francia. Con sus 4.478 metros de altura es una de las montañas más altas de la Cordillera de Los Alpes, estando situada en la frontera entre Suiza e Italia. Su gran belleza y aspecto piramidal, que la hace destacar enormemente sobre su entorno, le ha hecho ganar buena fama y popularidad, por lo que actúa como un verdadero foco atractor para escaladores, montañeros y turistas en general.


Aprovechando dicho aniversario, en el número de marzo de Grandes Espacios se han hecho el original planteamiento de identificar en suelo español aquellas montañas que emulan o hacen recordar por su forma y grandiosidad al Cervino. La tarea no ha sido del todo fácil y me consta que han manejado multitud de propuestas y localizaciones candidatas a estar en esa lista de destacadas. Por poco que uno eche un vistazo al reportaje se dará cuenta que nos encontramos con multitud de opciones diseminadas por casi toda la geografía nacional, por lo que la representación es amplia. Por si fuera poco, la cosa no ha quedado ahí, ya que como si de un juego se tratara, desde el editorial se nos invita a que propongamos "nuestros Cervinos" con el envío de fotografías, las cuales al parecer serán la base de un concurso sobre el tema. Así que ya saben, si se quieren animar a buscar Cervinos, que no gamusinos, pónganse manos a la obra y envíen sus fotos a la redacción.


De las catorce montañas que inicialmente han entrado en la lista de Cervinos Ibéricos, la cual se prevé que se incremente en los próximos meses, me gustaría destacar, sin desmerecer al resto, una de ellas a la cual le tengo un cariño muy especial. Se trata del Anayet.


Situado en el Pirineo Aragonés, muy cerca de la frontera francesa, el Anayet se encuentra rodeado de un mágico entorno sin el cual, la energía que nos transmitiría no sería la misma. Su naturaleza volcánica, hecho singular, unido a su marcado carácter esbelto y sobrio se combinan con la serenidad de los ibones que yacen a sus pies, los cuales desencadenan una sinfonía de reflejos digna de la mejor de las postales. Sin todavía poder olvidar la amenaza de hace unos años por la posible expansión de las infraestructuras asociadas a los deportes de invierno, si dirigimos la mirada más allá podremos seguir deleitándonos con un amplio escenario de valles y montañas en el que destaca otro de los clásicos, el Midi d'Ossau, ya en territorio francés.


Como casi todo en la vida, al final las preferencias de unos y otros se reducen a una cuestión de gustos. A pesar de ello, en el caso del Anayet creo que poco me equivoco si afirmo que este rincón del Pirineo es uno de esos maravillosos lugares que no nos deberíamos perder. Y para que lo compruebes te invito a que descubras la fotografía de gran formato que se publica en el reportaje sobre él, y cuyo autor es quien suscribe estas líneas. Que lo disfruten intensamente.

Arriba Vista normal